malo no; mala

llegó la señal al planeta, y ayer vi mujeres asesinas.

Una narración visual de la historia de un asesino está servida en bandeja para la más minuciosa indagatoria sobre la psicología de los personajes. Sobre todo del asesino en cuestión. Ahora, si la semana anterior Mercedes Morán construyó de tal manera su papel de turra-medio-villa y tuvo sexo en pantalla con Carlos Santamaría que... guau, contagiaba... ¿por qué la exhuberante Araceli, mostrando todo, no calentaba a nadie en el capítulo de ayer?
No creo que lo mío sea un gran descubrimiento, tampoco niego los atributos de Araceli. Lo que sí reprocharía -y eso que hoy hice una diatriba en contra- a los hacedores de esta serie es la manera tan precaria de hacernos creer que una mujer puede manipular sólo con su belleza.
Para el que no lo vio, Araceli es una viuda negra que "se aburría de los hombres y los mataba con veneno para ratas", según relata el hermano de una víctima, que era el narrador. Otro dato que aporta sobre trip en el bocho -y se muestra, reiteradas veces- es su necesidad constante de la aprobación masculina de su atractivo y sus atributos sexuales. Habilidades que se limitaban a sacarse la bata roja, decir "¿te gusta? ¿te gusta?" mientras metía la mano en el pantalón o arrinconar a un cuñado en la cocina, así, sin sutilezas. (más data)
Prefiero creer en la complejidad de la mente humana antes que subestimar a los hombres. Que sí, es difícil de retratar, a veces sale bien, y a veces no.

Bebe hay uno solo
Y para colmo esa canción -que se repite hasta el hartazgo- de cortina musical. En la tanda promocionan el disco de esta española que dice "malo, malo, malo eres..." Por curiosidad, escuché otros temas de este disco y no son más que una variante del estilo Julieta Venegas-Natalia Lafourcade-Belinda-Daniela Herrero, que tuvieron como Meca a Avril Lavigne. (Chicas duras que mandan al carajo a los chicos en un tema pero siguen enamoradas al siguiente)

Cuando escuché esta canción por primera vez creí que era lo nuevo de La Mala Rodríguez. Ella sí que es, y eso que no mató a nadie.